Gobiernos intensifican plan global para bloquear el Sol
De teoría conspirativa a realidad climática: crece el uso de geoingeniería solar en Reino Unido y otras potencias para modificar el clima global.
Lo que durante años fue considerado una teoría conspirativa, hoy se perfila como una de las realidades más inquietantes del siglo XXI. Varios gobiernos alrededor del mundo, encabezados por el Reino Unido, Estados Unidos, China y algunas potencias de la Unión Europea, han comenzado a implementar de forma más activa y coordinada programas de geoingeniería solar. La estrategia, orientada a bloquear parcialmente la radiación solar para enfriar el planeta, ha dejado de ser un experimento marginal para convertirse en una política climática de facto.
En las últimas semanas, el Reino Unido ha intensificado su programa estatal de modificación de la radiación solar (SRM, por sus siglas en inglés), con ensayos documentados en zonas del Atlántico Norte y áreas árticas. El gobierno británico ha autorizado nuevas pruebas con inyecciones de aerosoles en la estratósfera, empleando compuestos como dióxido de azufre, carbonato de calcio y nanopartículas reflectantes diseñadas para permanecer suspendidas a grandes altitudes.
El aire ya no es el mismo
Estos aerosoles actúan como una especie de “escudo artificial”, reflejando parte de la luz solar de regreso al espacio para mitigar el calentamiento global. Sin embargo, la comunidad científica está dividida: mientras algunos lo consideran una herramienta necesaria ante la lentitud de los acuerdos climáticos, otros advierten sobre consecuencias ecológicas devastadoras, desequilibrios regionales y el riesgo de desatar conflictos climáticos internacionales.
“El aire que estamos respirando ya no es el mismo”, denunció la bióloga ambiental canadiense Sophie Langlais. “Estamos viendo partículas inusuales en análisis atmosféricos. Esto no es un experimento en simuladores, es una intervención directa sobre el sistema terrestre.”
Cuadro Informativo: Compuestos utilizados por gobiernos en proyectos de geoingeniería solar
País | Compuestos liberados en la atmósfera | Objetivo declarado |
---|---|---|
Reino Unido | Dióxido de azufre, carbonato de calcio, nanopartículas | Disminuir la radiación solar en el hemisferio norte |
Estados Unidos | Sulfatos, partículas de aluminio, aerosoles reflectivos | Reflejar rayos solares, estabilizar temperatura media |
China | Óxidos metálicos, partículas de sílice, yoduro de plata | Control de lluvias y atenuación del calentamiento local |
Alemania | Nanopartículas de bario y estroncio | Ensayos experimentales con reflectividad atmosférica |
India | Dióxido de azufre, aerosoles marinos | Reducción del calor extremo en zonas urbanas |
De la negación a la implementación
Durante años, la sola mención de la geoingeniería solar fue relegada al terreno de las “teorías de conspiración”. Sin embargo, documentos oficiales desclasificados en Estados Unidos, Reino Unido y Alemania confirman que estas investigaciones no solo existen, sino que han recibido financiamiento estatal desde la década de 1990.
En 2023, un reporte del Harvard Solar Geoengineering Research Program reconoció que “la SRM ya no es una mera hipótesis académica, sino un campo activo de investigación aplicada con respaldo gubernamental”. La Casa Blanca y Downing Street han defendido su uso como una “medida de emergencia” ante los efectos del cambio climático, pero no han ofrecido detalles claros sobre sus planes de largo plazo, ni mecanismos de consulta internacional.
¿Quién controla el clima?
El debate global gira ahora en torno a una pregunta clave: ¿qué gobiernos están tomando decisiones sobre el clima sin el consenso de la comunidad internacional?
“La modificación del clima dejó de ser un proyecto hipotético. Estamos viendo una carrera por el control atmosférico entre potencias”, alerta el investigador chileno Esteban Morales, especialista en gobernanza climática. “Esto puede crear tensiones geopolíticas si un país altera el clima de otro sin acuerdos multilaterales.”
Además, algunos informes independientes apuntan a que ciertos episodios climáticos extremos —sequías prolongadas en África, lluvias torrenciales en Asia o inviernos inusualmente fríos en América del Norte— podrían estar relacionados con efectos secundarios no previstos de estas intervenciones.
Lo que nos espera
A medida que más gobiernos reconocen oficialmente sus ensayos de geoingeniería solar, la ciudadanía mundial enfrenta una realidad inquietante: el clima ya no es solo un fenómeno natural, sino también una variable controlada desde laboratorios y satélites. Las implicaciones éticas, sanitarias y geopolíticas son profundas, y exigen una respuesta urgente desde los organismos internacionales.
Mientras tanto, la opacidad sigue dominando. No hay protocolos globales, ni auditorías independientes, ni garantías sobre los efectos a largo plazo de estas intervenciones. El planeta ha entrado en la era del clima diseñado, y lo ha hecho sin el consentimiento de sus habitantes.