Más de 2.250 millones de tazas de café diario: ¿qué riesgos ocultan?
Aunque millones disfrutan del café a diario, pocos saben que puede contener toxinas como clorpirifós, mohos y aflatoxinas, dañinas para la salud humana.
Cada día, más de 1.000 millones de personas en todo el mundo disfrutan de una o varias tazas de café, según datos de CoffeeDasher publicados en febrero de 2025. Esta cifra representa el 12,6 % de la población mundial y supera los 2.250 millones de tazas consumidas diariamente. Sin embargo, detrás del aroma y el sabor que cautiva a millones, se esconde una realidad poco conocida: el café puede contener toxinas perjudiciales para la salud humana, algunas con efectos tan graves como daños cerebrales, cardiovasculares o respiratorios.
Diversos estudios recientes han identificado al menos siete toxinas comunes presentes en el café, cada una con riesgos particulares. La presencia de estas sustancias está relacionada principalmente con métodos agrícolas, almacenamiento deficiente y procesos de producción industrial.
El peligro silencioso de los plaguicidas
Uno de los contaminantes más preocupantes es el clorpirifós, un plaguicida organofosforado usado para proteger las plantaciones de café de plagas y aumentar su rendimiento. A pesar de estar prohibido en Estados Unidos desde 2021, sigue siendo utilizado en numerosos países productores. Estudios de observación en niños expuestos a clorpirifós revelaron retraso en el crecimiento, hipotonía muscular y retraso mental profundo. Además, su uso se asocia a defectos en el desarrollo de órganos vitales como el cerebro, el corazón y los ojos.
Saborizantes naturales, riesgo pulmonar
El café tostado contiene de manera natural sustancias como el diacetilo y la 2,3-pentanodiona, compuestos que, aunque contribuyen al sabor característico del café, también han sido vinculados a enfermedades respiratorias graves. Investigaciones han demostrado su relación con la bronquiolitis obliterante, una rara pero severa condición que obstruye las vías respiratorias más pequeñas, afectando la calidad de vida de quienes trabajan en la preparación industrial de alimentos y hasta de quienes consumen café frecuentemente en casa o en cafeterías.
Moho y micotoxinas: una amenaza oculta
El moho es otro de los peligros frecuentes en los granos de café. Un análisis de más de 900 muestras de 31 países reveló la presencia de mohos en el 99,1 % de los granos verdes sin desinfectar y en casi la mitad de los desinfectados. El almacenamiento deficiente y las condiciones de transporte inadecuadas favorecen su proliferación, especialmente en regiones asiáticas y africanas.
De estos mohos emergen toxinas como la aflatoxina B1, catalogada como un potente agente carcinógeno. La aflatoxina puede provocar desde síntomas gastrointestinales hasta graves daños hepáticos y, según estudios recientes, podría estar vinculada con el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, a través del daño neuronal y la inflamación cerebral.
La ocratoxina A (OTA), otra micotoxina común, se encuentra en niveles preocupantes en cafés tostados e instantáneos. Esta sustancia es un potente carcinógeno renal y, aunque su presencia varía según el tipo de café, destaca en productos de origen guatemalteco.
Café descafeinado: ¿realmente más saludable?
El proceso de descafeinización no está exento de riesgos. El uso de cloruro de metileno como disolvente puede dejar residuos en los granos, y su inhalación o ingesta en pequeñas cantidades está relacionada con problemas respiratorios, síntomas neurológicos y un mayor riesgo de enfermedades coronarias.
La amenaza de la carragenina
Finalmente, en algunas alternativas de leche vegetal utilizadas para acompañar el café, como las de almendras o soya, se encuentra la carragenina, un aditivo que puede inducir inflamación gastrointestinal, síndrome del intestino irritable e incluso aumentar el riesgo de cáncer de colon.
¿Cómo protegerse de estos riesgos?
Expertos en salud y seguridad alimentaria recomiendan optar por café de alta calidad, preferiblemente certificado en prácticas agrícolas sostenibles. También sugieren prestar atención al origen del grano y las condiciones de almacenamiento: la ventilación adecuada, el control de humedad y temperatura son esenciales para prevenir el desarrollo de mohos y micotoxinas.
Asimismo, los consumidores deberían preferir café orgánico, descafeinado con procesos de agua en lugar de solventes químicos, y leches vegetales sin aditivos como carragenina.
El café seguirá siendo un placer diario para millones, pero un consumo informado y responsable puede hacer la diferencia entre disfrutar de sus beneficios o exponerse a riesgos innecesarios.
Tabla: Principales toxinas presentes en el café y sus efectos en la salud
Toxina | Origen | Efectos en la salud |
---|---|---|
Clorpirifós | Plaguicida en cultivos | Defectos congénitos, daño cerebral, ocular, cardiaco y retraso mental. |
Diacetilo y 2,3-pentanodiona | Compuestos naturales y saborizantes | Enfermedades respiratorias, bronquiolitis obliterante. |
Mohos | Contaminación por mal almacenamiento y transporte | Desarrollo de micotoxinas peligrosas, afectación pulmonar y hepática. |
Aflatoxina B1 | Toxina de moho | Cáncer hepático, daño neuronal, Alzheimer, inflamación celular. |
Ocratoxina A | Toxina de moho en granos secos | Cáncer renal, daño hepático, inmunosupresión. |
Cloruro de metileno | Solvente en café descafeinado | Problemas respiratorios, síntomas neurológicos, riesgo coronario. |
Carragenina | Aditivo en bebidas vegetales | Inflamación intestinal, síndrome de intestino irritable, cáncer de colon. |