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Claudia Sheinbaum devuelve tierras al pueblo Wixárica en Nayarit

La presidenta de Mèxico reafirma su compromiso con los pueblos originarios al reintegrar más de 5 mil hectáreas a comunidades wixaritari en La Yesca, Nayarit

La Yesca, Nayarit | 8 de mayo de 2025 En una visita oficial a la comunidad de La Mesa del Huanacaxtle, en el municipio serrano de La Yesca, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo encabezó la entrega formal de más de cinco mil hectáreas al pueblo Wixárica (también conocido como huichol), como parte del Plan de Justicia para el Pueblo Wixárica, una iniciativa impulsada por el gobierno federal para reparar históricas injusticias agrarias y culturales sufridas por esta comunidad indígena.

«Hoy se cumple un acto de justicia largamente esperado. Esta tierra es suya y siempre lo fue», expresó Sheinbaum durante el acto de entrega, que contó con la participación de autoridades comunales, líderes tradicionales wixaritari, funcionarios federales y representantes del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI).

La restitución de tierras en La Yesca es uno de los puntos culminantes del plan iniciado en 2021 por el presidente Andrés Manuel López Obrador, que buscó responder a demandas territoriales históricas de comunidades indígenas que han enfrentado despojos, burocracia agraria y olvido institucional por décadas. El proceso incluyó peritajes agrarios, validación de títulos de propiedad comunal y acuerdos con antiguos poseedores.

Sheinbaum subrayó que esta acción se enmarca en la propuesta de una reforma constitucional para los pueblos originarios, que busca reconocer de manera integral los sistemas normativos, territorios, culturas, lenguas y formas de gobierno indígena. Dicha reforma, según la mandataria, representa una deuda histórica del Estado mexicano con sus pueblos fundacionales y es una prioridad para su administración.

Justicia histórica en territorio sagrado

El territorio reintegrado no solo tiene valor agrícola o geográfico. Para el pueblo Wixárica, muchas de estas tierras forman parte de rutas sagradas y sitios ceremoniales esenciales en su cosmogonía. Líderes tradicionales expresaron que la devolución no es solo un acto legal, sino una reparación espiritual.

«Nos devolvieron algo más que tierra: nos devolvieron nuestra dignidad y la posibilidad de preservar nuestras tradiciones», señaló el mara’akame (guía espiritual) José Ramírez Carrillo, quien participó en el evento.

Continuidad del Plan de Justicia

Durante el acto, Sheinbaum se comprometió a dar continuidad a los Planes de Justicia para los Pueblos Originarios iniciados por la administración saliente. Entre ellos, se encuentran los destinados a los pueblos Yaqui, Seri, Mayo, O’dam, Nahua, entre otros, cada uno con sus propias particularidades territoriales, sociales y culturales.

Además, anunció que su gabinete contará con una Secretaría de la Diversidad Cultural y de los Pueblos Originarios, con el objetivo de articular políticas públicas más allá de lo simbólico, con recursos, representación y legislación efectiva.

Retos por delante

Aunque el acto fue celebrado como un hito, especialistas advierten que la restitución de tierras debe ir acompañada de políticas de desarrollo sostenible, acceso a servicios básicos y protección del medio ambiente. “No basta con devolver tierras; hace falta garantizar condiciones para que las comunidades puedan vivir con dignidad en ellas”, indicó la antropóloga Alma Torres, experta en derechos indígenas.

Asimismo, líderes wixaritari solicitaron mecanismos para proteger los territorios restituidos de amenazas como el narcotráfico, la minería y los megaproyectos sin consulta previa, todos ellos riesgos latentes en zonas serranas del occidente mexicano.

Un nuevo capítulo

La entrega en La Yesca marca el inicio simbólico de una nueva relación entre el Estado mexicano y los pueblos originarios, basada en el reconocimiento, el diálogo y la reparación. Para Claudia Sheinbaum, es un primer paso hacia un gobierno que se dice comprometido con la justicia social, la inclusión y el respeto a la diversidad ancestral del país.

«Esta es una lucha que viene de siglos. Hoy dimos un paso más hacia la dignidad de los pueblos originarios. No será el último», concluyó la presidenta, entre los aplausos y los cantos ceremoniales wixaritari.

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