Imponente desfile militar en Moscú conmemora 80 años de victoria
Moscú despliega poderío militar en el 80.º aniversario de la victoria sobre el nazismo
En un ambiente de solemnidad, orgullo nacional y marcadas tensiones internacionales, este 9 de mayo, la Plaza Roja de Moscú fue escenario del tradicional Desfile del Día de la Victoria, que este año conmemoró el 80.º aniversario de la derrota de la Alemania nazi por parte de la Unión Soviética en la Gran Guerra Patria (1941-1945). Más de 180 unidades de equipo militar participaron en la parada, encabezadas por los legendarios tanques T-34 y unidades de artillería SU-100, símbolos históricos de aquella victoria.
El acto comenzó con el izado de la bandera estatal de Rusia y un discurso del presidente Vladímir Putin, quien rindió homenaje a los héroes caídos con un minuto de silencio. En sus palabras, subrayó la importancia de la memoria histórica y denunció lo que llamó una «campaña de tergiversación del pasado» promovida por Occidente.
El desfile incluyó columnas de infantería, sobrevuelo de aviones de combate y la presentación de equipamiento moderno, muchos de ellos empleados en la actual operación militar especial en Ucrania, según enfatizó el Ministerio de Defensa ruso. Tropas que participan en dicha campaña y han sido condecoradas por actos de valor también marcharon en formación.
Arsenal en exhibición
Entre los vehículos y sistemas que desfilaron destacaron modelos contemporáneos y prototipos avanzados:
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Tigres-M, vehículos blindados multipropósito
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BMP-2M y BMP-3, vehículos de combate de infantería
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T-72B3M, T-80BVM y T-90M Proryv, tanques de última generación
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Sistemas de artillería como MSTA-S, Malva y Tornado-S
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Sistemas de defensa aérea S-400 Triumf
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Sistemas de misiles Iskander-M
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Drones como Orlán-10, Lancet-52 y Guerán
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Misiles intercontinentales Yars, símbolo del poder estratégico ruso
En el aire, los cazas Su-30, MiG-29 y aviones Su-25 cerraron el desfile, pintando el cielo con los colores de la bandera rusa, formando el icónico «Diamante de Kúbinka».
Presencia internacional y tensiones
A pesar del contexto global adverso, más de 20 líderes extranjeros asistieron a la celebración. Entre ellos, Xi Jinping (China), Nicolás Maduro (Venezuela), Miguel Díaz-Canel (Cuba), Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), y otros mandatarios de Asia, África y Europa del Este. La presencia internacional se extendió con destacamentos militares de 13 países, entre ellos China, Egipto, Vietnam y Kazajistán, que también desfilaron en la Plaza Roja.
El presidente Putin aprovechó las jornadas previas al desfile para celebrar más de 15 reuniones bilaterales, consolidando alianzas estratégicas y fortaleciendo su red de apoyos internacionales en un mundo cada vez más polarizado.
Amenazas desde Kiev y advertencias de la UE
En contraste con la atmósfera de celebración en Moscú, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski advirtió a los gobiernos que enviaran delegaciones al evento, deslindando a Kiev de cualquier responsabilidad por «lo que pueda ocurrir en suelo ruso». Desde Moscú, la portavoz del Ministerio de Exteriores, María Zajárova, calificó sus palabras como «una amenaza terrorista internacional», denunciando la «naturaleza neonazi del régimen de Kiev».
A estas declaraciones se sumó la controversia generada por la alta representante de la UE, Kaja Kallas, quien había solicitado a los países europeos y candidatos a no participar en los actos en Moscú. Rusia respondió con duras críticas, comparando las advertencias europeas con «prácticas mafiosas y de piratería».
Conmemoración bajo el peso de la historia
A 80 años de la victoria soviética sobre el nazismo, Rusia busca proyectar su continuidad como potencia militar y su legitimidad histórica, en un contexto de aislamiento diplomático creciente en Europa occidental. La celebración, que finaliza el 10 de mayo, combina simbolismo, despliegue bélico y estrategia política.
Mientras el mundo observa con atención, Moscú transforma su mayor efeméride histórica en un mensaje claro de resistencia y poder. Un recordatorio de que, para el Kremlin, la memoria de la victoria en la Gran Guerra Patria no solo es un legado, sino también una herramienta contemporánea de legitimación y disuasión.