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Claudia Sheinbaum lamenta la muerte de José Mujica

Claudia Sheinbaum se une al luto latinoamericano por José ‘Pepe’ Mujica

Ciudad de México, 13 de mayo de 2025. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se sumó este martes a las múltiples voces de América Latina que expresaron su pesar por el fallecimiento del exmandatario uruguayo José “Pepe” Mujica, figura emblemática de la izquierda regional y reconocido mundialmente por su integridad, sencillez y coherencia política.

“Lamentamos profundamente la muerte de nuestro querido Pepe Mujica, ejemplo para América Latina y el mundo entero por la sabiduría, pensamiento y sencillez que lo caracterizaron”, escribió Sheinbaum en su cuenta oficial de X (antes Twitter). La mandataria mexicana también extendió sus condolencias a los familiares, amigos y al pueblo de Uruguay, que despide a uno de sus líderes más queridos.

La noticia del deceso fue confirmada por el presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, quien compartió un mensaje de respeto y duelo nacional. Mujica, de 89 años, padecía un cáncer de esófago diagnosticado en 2023. Desde entonces, su estado de salud había ido en deterioro, y en los últimos meses se había mantenido alejado de los reflectores públicos.

Un legado que trasciende ideologías

José Mujica fue presidente de Uruguay entre 2010 y 2015. Su estilo austero —vivía en una chacra en las afueras de Montevideo y donaba gran parte de su salario como presidente— lo convirtió en una figura inusual dentro del panorama político global. Su vida, marcada por la militancia en el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, su paso por prisión durante la dictadura uruguaya, y su posterior rol como estadista, lo hicieron símbolo de resistencia, reconciliación y humanismo político.

Líderes de toda la región han reaccionado con muestras de respeto y admiración. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, lo definió como un “gran revolucionario”, mientras que el boliviano Luis Arce lo llamó “verdadero faro de esperanza, humildad y lucha por la justicia social”.

Incluso figuras políticas ajenas a su espectro ideológico, como el expresidente uruguayo Luis Lacalle Pou, destacaron su legado. “Lo bueno y las coincidencias que tuvimos merecen ser recordadas”, expresó Lacalle Pou, subrayando el respeto transversal que Mujica supo cosechar en la arena política.

Un referente moral en tiempos de polarización

Mujica deja un vacío difícil de llenar. En una época marcada por el descrédito institucional, el aumento de los populismos y la desafección ciudadana con la política, su figura se mantuvo como un ejemplo viviente de coherencia entre el decir y el hacer. “No soy pobre, soy sobrio”, decía Mujica en una de sus frases más repetidas, una sentencia que condensaba su filosofía de vida.

En México, la presidenta Sheinbaum —quien ha destacado en múltiples ocasiones la necesidad de una política con ética y responsabilidad social— encuentra en Mujica una referencia cercana. La afinidad política entre ambos fue evidente en encuentros anteriores, y su fallecimiento representa también una pérdida para quienes abogan por una transformación progresista con rostro humano en la región.

América Latina despide a uno de sus últimos sabios

Con la muerte de Pepe Mujica, América Latina pierde a uno de sus últimos sabios. Su visión crítica del poder, su capacidad de diálogo y su incansable defensa de los valores democráticos seguirán inspirando a generaciones futuras. Hoy, más allá de banderas o ideologías, el continente rinde homenaje a una figura cuya vida fue, en sí misma, una lección política.

Los actos oficiales de despedida ya se preparan en Uruguay, mientras múltiples gobiernos anuncian delegaciones para rendir tributo a un líder que vivió como pensaba y pensó siempre en los demás. La historia lo recordará no solo como presidente, sino como maestro, campesino, militante y, sobre todo, como un hombre justo.

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