Operativos secretos de EE.UU. tensan la relación con México
EE.UU. ejecuta dos operativos contra el narco sin avisar a México y desata tensión diplomática
Dos operativos ejecutados de forma unilateral por el Gobierno de Estados Unidos en menos de un año, ambos relacionados con figuras clave del Cártel de Sinaloa, han reactivado una profunda desconfianza entre Washington y Ciudad de México. Las acciones, desarrolladas sin informar ni coordinar con autoridades mexicanas, ya han sido calificadas como violaciones a la soberanía por parte del Gobierno de Claudia Sheinbaum, quien exige explicaciones claras a la administración de Donald Trump.
El primer episodio ocurrió el 25 de julio del año pasado, cuando Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López —hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán— fueron detenidos tras abordar un jet privado en Sonora con destino a El Paso, Texas. Según se supo después, el arresto fue producto de una operación encubierta realizada por agencias estadounidenses. Ni el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador ni su gabinete fueron informados.
El caso se volvió aún más polémico cuando Zambada denunció haber sido “secuestrado” y entregado a autoridades estadounidenses tras una supuesta traición por parte del propio hijo de “El Chapo”, en lo que medios norteamericanos especulan fue parte de un pacto negociado para reducir su sentencia.
Un segundo golpe, ahora bajo el mando de Trump
El pasado fin de semana, y ya bajo la presidencia de Donald Trump, se registró un segundo evento igual de enigmático: 17 familiares directos de “El Chapo” cruzaron la frontera y se entregaron voluntariamente al FBI. Entre ellos se encontraba Griselda López, exesposa del capo sinaloense.
La presidenta Sheinbaum confirmó que se enteró del suceso por la prensa y expresó su molestia por la falta de comunicación oficial por parte del Gobierno estadounidense. “No han informado por qué entraron, no tenemos información oficial o pública que diga por qué esta familia decidió entregarse”, dijo el miércoles en conferencia.
Además, la mandataria cuestionó la aparente contradicción de la administración Trump: “Primero declaran a los cárteles organizaciones terroristas, pero ahora parecen estar negociando con ellos”, afirmó.
Un pacto secreto con Ovidio Guzmán
El trasfondo de ambos operativos, según diversas fuentes, sería un pacto alcanzado entre Ovidio Guzmán —otro hijo de “El Chapo”, extraditado a EE.UU. en septiembre de 2023— y autoridades estadounidenses. El trato incluiría cooperación para reducir su condena a cambio de información clave sobre las redes del Cártel de Sinaloa y la entrega de más miembros de la organización criminal, incluyendo familiares.
Hasta ahora, Estados Unidos no ha dado explicaciones oficiales. Se desconoce con precisión la identidad de los 17 entregados, su situación legal actual, los términos de la negociación, ni si recibirán beneficios legales. Esta falta de claridad ha despertado sospechas tanto en el Gobierno mexicano como en la opinión pública.
Soberanía cuestionada y silencio persistente
El secretario de Seguridad Pública de México, Omar García Harfuch, confirmó que ninguno de los entregados tenía órdenes de aprehensión en territorio nacional. Sin embargo, reconoció que siguen sin obtener respuestas sobre los detalles de los operativos, especialmente sobre si hubo presencia de agentes estadounidenses en suelo mexicano durante la captura de Zambada y Guzmán López.
En caso de confirmarse esta presencia, el hecho constituiría una grave violación a la soberanía nacional. A casi un año de los acontecimientos, Estados Unidos tampoco ha respondido al pedido formal de extradición de “El Mayo” realizado por la Fiscalía General de la República.
El Gobierno mexicano exige también saber quién fue el dueño del avión privado que trasladó a los detenidos, quién lo piloteaba y cómo se organizó el traslado sin el conocimiento de las autoridades mexicanas.
Nuevas revelaciones vinculan pagos del narco a funcionarios estadounidenses
La polémica se intensificó esta semana con la aparición de documentos filtrados a medios mexicanos que sugieren que miembros del Cártel de Sinaloa habrían realizado pagos a funcionarios estadounidenses como parte de acuerdos confidenciales para garantizar protección o trato preferente a cambio de cooperación.
Aunque la autenticidad de los documentos aún está en verificación, expertos en seguridad internacional advierten que, de confirmarse, se trataría de un escándalo de dimensiones históricas que podría incluso poner en entredicho la legitimidad de ciertos procesos judiciales en curso.
Un capítulo más en la compleja relación bilateral
El caso ha reactivado los fantasmas del pasado. Recordatorios como la fallida operación “Rápido y Furioso” —donde el Gobierno de EE.UU. introdujo armas a México sin informar a sus contrapartes— siguen marcando una relación bilateral marcada por la desconfianza, los intereses cruzados y la lucha por el control del narcotráfico.
Sheinbaum ha reiterado que la cooperación entre naciones no puede construirse sobre actos unilaterales ni secretos. «Necesitamos transparencia, información y respeto mutuo», dijo, en un mensaje dirigido tanto a Washington como a la ciudadanía mexicana.
El silencio estadounidense, sin embargo, persiste. Y con cada día que pasa, la presión política y mediática se intensifica, exigiendo respuestas que, hasta ahora, siguen bajo siete llaves.